La subida a La Aurora (dom 7 sep)
Amanezco muy temprano para coger una panga, que es una especie de patera pero con motor, que nos llevará a la Aurora, una pequeña comunidad que hay rió arriba.
Dejando atrás Bluefields, atravesamos la bahía, mas de dos horas a pleno sol por la bahía hasta coger el rió. El rió es ancho, por lo que el sol sigue dándonos sin ningún pesar. Tras tantas horas de conversación con Erlinda ya no se de que hablar con ella así que hago nuevos amigos. En la panga va una profesora de la Aurora, que algún fin de semana baja par estar con la familia. También conozco a Natividad, que aunque lo parezca no es mujer, es un chaval de 15 años, que ya ha dejado de estudiar. Se vuelve loco por hacerme preguntas de mi lugar de origen, y por preguntarme cosas que tan solo ha visto en libros, como un tren o mil cosas que para nosotros son tan habituales.
El sol castiga sin cesar, y el viaje se hace muy pesado. Es divertido ver la diversidad de especies vegetales que abundan a un lado y otro del rió, y los animales, pájaros de muchas formas, tamaños, colores, cantos…. Muy curioso también las tortugas que hay a las orillas del rió, que se echan al agua cuando pasamos con la panga (Gonzalo estuvo aquí y no vio ni una, yo vi cientos, ¿qué estarías mirando Gonzalo?). Es divertido también comentar los diferentes animales con Natividad, y al mismo tiempo me pregunta por animales que nunca ha visto pero que le contaron en la escuela que existían (elefantes, avestruces, toros bravos, osos…)
Después de ocho horas llegamos a la Aurora. La Aurora es una pequeña comunidad, a la orilla del rió. Es un núcleo de población importante, no se cuantas personas habrán, pero no hay luz ni agua ni asfalto ni aceras ni tantas otras cosas. Aún así es un lujo comparado con los otros núcleos que se encuentran en la montaña. Aquí hay alguna pequeña tienda donde se puede conseguir algo de alimento. Eso sí, todo natural, del tiempo, nada hay aquí fresco de la nevera, con el calor que hace y lo que apetece tomar cosas frescas aquí es imposible. Conozco un poco la aldea con Erlinda, y también vamos a conocer a Don Diego, nuestro acompañante y guía en los próximos días. Cuando anochece, a las cinco y media de la tarde mas o menos no hay vida, se fue la luz y la gente se va a la cama pronto, no se puede leer, ni hacer sudokus, ni jugar a las cartas, ni ver la tele, ni jugar a la play, ni consultar en Internet… Y por estos motivos, y también porque estábamos cansados nos fuimos a dormir pronto Erlinda y yo, en una pequeña cabaña que nos prestaron de la alcaldía, sobre unos colchones con agujeros como puños, que la ratas se habían encargado de realizar. No solo iba a dormir en la casa de Bluefields con ratas, aquí también las había, y no solo eso, arañas enormes y ranas dentro de la cabaña que trepaban por las paredes… Y todo sin pagar los 20 euros que se pagan en el zoo de Valencia.
2 comentarios
Yin -
MARGA -
BUENO YA IRE LEYENDO TODO LO QUE VAS HACIENDO, (QUE BIEN TE EXPLICAS), PARECE QUE ESTE YO AHI, CUANDO LO LEO.
BUENO BAMBINO CUIDATE, UN BESO.
AH SI PUEDES ME TRAES UNA TORTUGA!!